Si eres de los que llega a la tienda a comprar un jamón ibérico y no tiene ni idea de por dónde empezar para decirte por uno o por otro, en este post tendrás toda la información que necesitas.
Identificar un buen jamón de calidad a simple vista es un arte y te damos los mejores trucos para que puedas identificarlo. ¡Sigue leyendo!
La forma de la pata del jamón
La forma de la pata nos puede dar mucha información sobre dónde ha vivido el cerdo y como se ha criado. Cuando el cerdo se ha criado en libertad la pata del jamón queda más estilizada, con una caña fina y la pezuña ligeramente desgastada debido al ejercicio que ha realizado el animal en el campo.
El color de la pezuña también es importante. En la mayoría de los casos se trata de una pezuña de color negro, un aspecto distintivo de que se trata de un jamón de gran calidad, pero lo más importante es que tenga aspecto redondeado para que sea de buena calidad.
Peso y tiempo de curación
Según la normativa vigente en la actualidad, existe un peso mínimo para el jamón 100% ibérico y se sitúa sobre los 5.5 kg. A la hora de la venta no puede ser menor a esta cantidad, que hace que sea de gran calidad.
Cada categoría de raza requiere un tiempo concreto y distinto de curación. Es importante que cada jamón salga al mercado con su punto óptimo de curación, ni antes ni después. Por eso es importante que te informes sobre el tiempo de curación a la hora de escoger una pieza.
Etiquetado del jamón
La información del etiquetado nos da información sobre la procedencia del jamón. En la etiqueta podemos comprobar si se trata de un jamón o de una paleta, sobre la raza y la alimentación que ha tenido el animal.
Cuanto más pura sea la raza y más natural la cría del cerdo, mayor será la calidad del jamón. Además, en la etiqueta podemos comprobar si existe Denominación de Origen.
Aspecto interior
En el momento del corte, lo primero que apreciaremos es color rojo y brillante del interior del jamón ibérico, el resultado de una buena alimentación del cerdo junto con el proceso largo de duración.
Lo segundo que apreciaremos será sus tiras blancas de grasa que se encuentran infiltradas en el músculo e intercaladas entre las hebras de carne, algo que solo se encuentra en el jamón ibérico. En el caso de que el animal se haya alimentado con bellotas y hiervas de la dehesa, esta grasa tendrá una textura blanda y un sabor más intenso y será más saludable.
Olor y tacto
El olor y el tacto son otras dos características del jamón que nos dirán si se trata de un buen jamón ibérico. En el caso del tacto, lo podemos comprobar presionando la parte más estrecha del jamón que debe de dar una una sensación de consistencia, ni muy blando ni muy duro. Su olor debe de ser muy intenso y penetrante.
Ahora que ya conoces cómo identificar un buen jamón ibérico, es el momento de que elijas el tuyo. Si necesitas asesoramiento de un profesional de los jamones, en Jamones Nicolás te ayudamos a decidirte por el mejor. ¡Contacta con nosotros!