El jamón es la joya de cualquier plato. Y no sólo para los platos, si no para la salud. El jamón se caracteriza por ser una carne muy baja en calorías. Esto hace que sea un producto totalmente integrado en la mayoría de dietas, sobre todo en las dietas hipocalóricas, para bajar peso, ya que es un producto bajo en calorías. El jamón puede actuar como un muy buen sustituto de carnes rojas que aportan muchas más calorías y que no tienen cualidades tan saludables como este manjar.
Y no sólo por su calorías es favorable consumir este producto. El jamón es rico en diferentes vitaminas y proteínas beneficiosas para nuestro sistema nervioso y el buen funcionamiento del cerebro. Destacan las vitaminas B1, B6, B12 y el ácido fólico. El jamón es además rico en vitamina E, un poderoso antioxidante que junto a diversas proteínas ligadas al proceso de envejecimiento han hecho que el jamón se convierta en un producto apto para combatir los achaques de la edad.
El jamón es un protector natural del sistema cardiaco y circulatorio que junto al resto de ventajas convierten a este producto en el rey de nuestra gastronomía y en un producto esencial en nuestra alimentación. Su alto contenido en ácido oleico (mono insaturado) produce un efecto beneficioso sobre los niveles de colesterol, ya que reduce las tasas del conocido como colesterol malo (LDL) y eleva las tasas del colesterol bueno (HDL). Sólo el aceite de oliva virgen tiene un contenido superior en este compuesto tan provechoso para nuestra salud.
Además el jamón posee la grasa animal conocida más “cardiosaludable” de todas, incluso más saludable que algunas de origen vegetal. Recientes estudios confirman que el jamón mejora el endotelio (el tejido que cubre el interior del corazón) y que esta mejora se mantiene en el tiempo, disminuyendo el riesgo de infarto y mejorando nuestra calidad de vida. Además, aunque es un producto muy rico en sodio, no eleva la presión arterial como se cree.
Es un producto beneficioso también para nuestros huesos y cartílagos gracias a su riqueza en minerales, combatiendo con su consumo enfermedades que les afectan directamente, como la osteoporosis.
Por todo ello, el jamón se ha convertido en uno de los alimentos más saludables de la dieta mediterránea y en un complemento fantástico para una dieta sana y equilibrada. Un consumo moderado de jamón contribuye a mejorar nuestra salud de forma generalizada.